Ruta por Vietnam de 7 días.

Ruta por Vietnam de 7 días.

Nuestra ruta por Vietnam fue cambiada a última hora y sobre la marcha. Ya llevábamos deambulando por Asia un mes, cuando las noticias sobre el COVID-19 eran más y más intensas. Nuestra idea inicial eran hacer una ruta en moto por el norte en la zona de Sa Ba, terminando en la Bahía de Ha-Long. Pero si imaginamos mentalmente el mapa de Vietnam, vemos como hace frontera con China (frontera que tenían cerrada desde hacía varias semanas) y además pusieron en cuarentena a una provincia cercana a nuestra ruta. Como veis, teníamos todo en nuestra contra, por lo que finalmente decidimos…

Volar de Nueva Delhi a Hanoi en un vuelo nocturno, aterrizando en la capital del Vietnam de madrugada. Nos encantan los vuelos nocturnos, ya que no se pierden días de viajes y para presupuestos ajustados como el nuestro, también es una forma de «ahorrar» una noche de alojamiento (básicamente, porque la pasas durmiendo en el avión).

No sabemos que tiene el Sudeste asiático, pero es pisarlo y nada nos preocupa, todo nos gusta y se nos pone una sonrisa de oreja a oreja. Para movernos hasta el hotel en el que sólo pasamos una noche (O’Gallery Majestic, se nos salía del presupuesto, pero al ser San Valentín decidimos darnos un capricho) tomamos un coche con la aplicación la aplicación Grab (como nuestro Uber).

¿Recomendaríamos el Hotel? Sí, sin dudas. El recibimiento de nuestra ruta por Vietnam fue espectacular. Nos pusieron té y snacks y la chica del Guest Experience Team nos explicó todo lo que podríamos visitar, dónde comer, qué sitios estaban cerrados por seguridad por el COVID-19, además de mostrarnos lo que el Hotel ofrecía con sus respectivos horarios. En cuanto a su desayuno buffet, ha sido el mejor de nuestras vidas (después del paraíso de nuestra luna de miel en Maldivas, claro). Lo más destacable es, que además de tener amplia variedad de desayuno continental, tenían platos vietnamitas que te cocinaban al momento, y probamos los rollitos vietnamitas, parecidos a los rollitos de primavera que conocemos pero rellenos de ternera y verduras. Y sí, los comimos para desayunar entre otras cosas. Mención especial al queso, que hacía 32 días que no probábamos este pequeño placer y lo echábamos mucho de menos.

Nos encanta el sudeste. Con sus calles llenas de gente, los puestos callejeros llenos de imitaciones de The North Face, tenderetes de comidas, el caos… Ese caos que nos haría quedarnos por esas tierras una temporada si pudiéramos. Nada más empezar a pasear por Hanoi ya vimos la primera imagen de esas que a uno le llama la atención, como fue ver bailar a personas mayores canciones de salsa bajo la estatua de Lenin. Vietnam es oficialmente un país comunista pero por lo que nos hemos informado sólo lo es en la estética y lo político. En lo económico sigue el ejemplo chino.

Otro punto a favor para poder pasar unos meses aquí es el nivel de vida del país. Sin lugar a dudas, junto con Indonesia, el sitio donde hemos gastado menos dinero en el día a día. Y es que si os comentamos que pagamos 5€ por un hotel con desayuno, y que estaba nuevo y limpio…es para seguir leyendo esta entrada hasta que lo nombremos y endiosemos.

Por otra parte, la gastronomía vietnamita es una gran desconocida, ya que a no ser que viváis en una gran ciudad que cuente con restaurantes de este tipo, lo más que os sonará de este país serán sus famosas sopas o phos. En Hanoi nuestra primera parada gastronómica fue en un bar típicamente del país. Su nombre Bánh Cuôn Gia. Irene moría por probar una sopa y así fue, llevaba de todo tipo de verduras,  pollo, huevo y noodles de arroz. Para Manolo, unos crepes rellenos de carne de cerdo y unos trozos de cerdo macerados en canela. Todo delicioso y acompañado de la cerveza vietnamita. Ya empezamos a intuir que esta ruta por Vietnam nos iba a enamorar.

cena tipica vietnamita con sopa y cerveza del país
Cena típica vietnamita.

Una cosa muy curiosa y local en esta ciudad son sus tascas donde sus habitantes toman cerveza. Son bares con terrazas callejeras con mesas y sillas para niños pequeños (qué les gusta una silla baja a un asiático…). La cerveza es de tirador y el vaso cuesta unos 30 céntimos de euro. Para acompañar tienen cacahuetes y poco más. A nosotros nos encantó la experiencia, pero ¡Ojo con las ratas de Hanoi! Son tamaño gato.

cerveceria vietnamita
Cervecería vietnamita.

También, son famosos los Banh. Son bollos rellenos, lo que nosotros llamaríamos un montadito en Esapaña. El lugar más famoso de Hanoi para tomarlos es Banh Mi 25 y nos encantaron ❤️. Nuestra elección fue pollo con salsa de miel, aguacate, queso y verduras. El segundo tenía ternera, cebolla y champiñones en una especie de revuelto, más los vegetales frescos. El precio de cada uno es de 1,5€. Por cierto, también existen versiones vegetarianas.

Famosos bocadillos en Hanoi
Banhs

En cuanto a visitas turísticas, el Museo Militar (precio 1,7€) queda a unos 5 minutos a pie del hotel. Además de hacer un recorrido por las distintas etapas históricas en Vietnam y sus armas, lo más interesante es lo referido a la guerra de Vietnam y el gran número de materiales bélicos de esta época, desde a aviones, carros de combate o un helicóptero (el UH1 Iroquis, el legendario de todas las películas de Hollywood sobre Vietnam). También en el museo queda algo del antiguo Fuerte de Hanoi. Una visita que nos pareció muy interesante de un pasado muy reciente y que a todos nos suena de algo.

Junto a un helicóptero en el museo militar
Museo Militar de Hanoi.

Hemos hecho también un free tour para descubrir un poco la ciudad. Normalmente siempre salimos satisfechos con estos tours porque nos hacemos una idea de los monumentos más importantes de la ciudad con toques de historia, pero en esta ocasión nuestro guía Tuan, un chico vietnamita muy simpático, se ha centrado en pasear y explicarnos como es la vida en este país, sin entrar en muchas explicaciones. Nos ha llamado mucho la atención la famosa calle atravesada con vía del tren que hoy en día funciona, de hecho hemos esperado que pasase el tren para tomar fotos y vídeos. Es peculiar saber que primero construyeron las casas y más tarde decidieron poner el tren en este estrecho lugar. Tomad nota del lugar, Hanoi Train Street.

También hemos paseado por zonas comerciales y hemos parado a tomar un café, un café CON HUEVO. Es típico en Vietnam desde los años 50, cuando por falta de alimentos empezó a escasear la leche.

A su creador se le antojó un capuchino e intentó hacer experimentos hasta que consiguió este famoso café con huevo (el intento de hacerlo con queso fresco fracasó). Aunque suene un poco raro y guarrete  estaba muy bueno. Sabe como a tiramisú, y se obtiene echando café en la base, añadiendo leche condensada y por último la especie de espuma/crema con claras de huevo al punto de nieve, yema, mantequilla y leche. Si no fuera una bomba calórica, lo tomaríamos todos los días de nuestras vida y a todas horas. Por cierto en este bar (café Dino) sólo se sirve café y chocolate y es el más antiguo de Hanoi y su precio es de 1€. La entrada no tiene desperdicio, temeréis por vuestras vidas y vuestros estómagos pero merece la pena subir.

cafe con huevo
Café con huevo en Tam Coc.

Otras paradas obligatorias en esta ciudad son el Beer Corner en la zona mochilera (calle con mucho ambiente, llena de bares donde puedes beber cerveza y comer a cualquier hora del día), el mercado nocturno, la Catedral de San José, el templo Ngoc Son y la tumba de Ho Chi Minh (como dato Ho Chi Minh nunca quiso ser enterrado allí sino que sus cenizas se esparcieran por los cuatro puntos cardinales de Vietnam).

Catedral de San José.
Catedral de San José.

Nuestro siguiente destino en nuestra ruta por Vietnam fue coger un autobús rumbo a Tam Coc. Algo más de dos horas hemos tardado desde Hanoi. El alojamiento que hemos elegido por menos de 15€ la noche es genial. Tam Coc Green Garden Homestay cuenta con un lago grande central que separa a todas las cabañas y está muy cerca del centro. El desayuno incluido en el precio tenía pan de verdad, sí, pan de verdad no pan de molde como llevábamos comiendo un mes por nuestra ruta asiática.

Parece una tontería pero estas pequeñas cosas nos ganan ya que tanto ésto como el queso lo echamos demasiado de menos. Y también nos han servido, quizás, el mejor café de nuestras vidas. Nos los servían en unas tazas muy curiosas y que solo hemos visto en nuestra ruta por Vietnam. Era un tipo de café robusta delicioso. ¡Todo está bueno en Vietnam!.

Tam Coc es conocido como la Bahia de Ha-Long de tierra, y aunque todo que lo que toma el nombre de otro lugar suele ser flojito, Tam Coc no tiene nada que envidiar a la famosa Bahía. De hecho la experiencia aquí nos gusto tanto que nos quedamos cuatro días, y así poder recorrer la zona sin prisas y por nuestra cuenta. Nuestro plan consistía en no tener plan e ir improvisando sobre la marcha. Así también quisimos evitar ir a lugares más lejanos y evitar horas de bus ya que veníamos muy saturados de interminables horas de coche en India. Y, ¡qué buena decisión tomamos!.

Primer paso, alquilar una moto (4 euros el día); segundo paso, perderse y explorar por uno mismo. No se explora por ser los primeros en llegar a un lugar, se hace para sorprenderse de hasta donde uno puede llegar y considerarse en esos momentos como alguien único.

Lo primero que visitamos en la zona fue la pagoda Bai Dinh a una media hora en moto del alojamiento. El precio para entrar, junto con el coche eléctrico que te lleva al principio del complejo, es 1,20€. A partir de ahí nos tomaron unas 4 horas visitarlo todo. Nos ha llamado mucho la atención la cantidad de figuras de Buddha que hay. Miles y miles de representaciones en todos los formatos (relieves, estatuas doradas, estatuas en piedra, pinturas…) Además cuenta con una gran cantidad de templos muy bonitos, comunicados por galerías y jardines que merecen mucho la pena visitar. 

relieves de Budha
Relieves de Budha.
Interior de un templo.
Interior de uno de los templos de Bai Dinh.


De camino a Tam Coc se encuentra una localidad en la que en la antigüedad estuvieron instaladas tres dinastías vietnamitas y fue capital durante 42 años. Su nombre es Hoa Lu Ancient. En la actualidad tiene dos templos, que tampoco son imprescindibles, unas pinturas y alguna que otra curiosidad. No son templos budistas sino de culto de la religión local, la cual venera a sus ancestros y parientes difuntos con distintas ofrendas y ritos. En realidad Vietnam, en contra de lo que pensamos, no es un país de mayoría budista sino que profesan esta religión de veneración a los parientes y ancestros. El lugar tiene un bonito paseo y su precio no llega a 1€ (20.000 dong).

Tras esta visita pusimos rumbo al mirador Hang Mua (el mirador del Dragón). Cuesta entrar unos 4€ (100.000 Dong). Para subir, hay que trepar unos 500 escalones y decimos trepar porque hay veces que se hacen realmente complicados. En la cima hay un dragón tallado en piedra y se puede apreciar el paisaje de montañas y ríos dando lugar a unas buenas fotos. Es una visita imprescindible.

mirador Hang Mua
Mirador Hang Mua.

El segundo día lo dedicamos a la actividad estrella que es recorrer el río de la zona a través de barcas y entre montañas. Nosotros lo realizamos en la zona de Trang An y con la empresa Ecotourism Zone Chang’an. Se tratan de unos tours en barca que duran unas 3 horas y su precio es de 10€ por persona. La zona de montañas que nacen desde la laguna es preciosa. Nuestra barquera ha remado con destreza durante todo el tiempo, incluyendo dentro de cuevas, una de ellas de un kilómetro. Por las cuevas íbamos agachados ya que las estalactitas bajan hasta casi el agua/suelo. Además en esas tres horas se hacen varias paradas para visitar templos, también dignos de ver por sí situación entre vegetación y montañas.

En resumen…¡increíble! De los mejores paisajes que hayamos visto. Además la elección de este recorrido en esta localización también destaca por estar menos masificado que la zona de Tam Coc. Tranquilidad y contacto con la naturaleza, sólo oyendo remos y pájaros. Nos ha encantado y la zona da lugar para fotones, así que preparad móviles, cámaras y modelito digno de ser fotografiado.

tour en Trang An.
Tour en Trang An.
visita a un templo
Visita a un templo en el tour.

Otra diversión de la zona es perderse por los campos de arroz, aprovechando para volar el dron y descubrir rincones como Sen Café por vuestra cuenta. Está situado dentro de un arrozal y hemos disfrutado de dos cafés de coco (típicos junto con el café de huevo mencionado antes) los dos solos, en un entorno precioso. Después podéis caminar por una senda y escalar una montaña para tener vistas del paisaje. El lugar es poco conocido, solo 5 reseñas en Google Maps, pero todas con altas notas, muy recomendable. Fijaos en las tazas con filtro típicos de la zona de los que hablamos antes…

cafe de coco
Café de coco en Sen Café.

Si sois como nosotros, que uno de los placeres de viajar que más nos gusta es probar la gastronomía local, no podéis iros de la zona sin probar el pato. Encontraréis barbacoas en la puerta de los bares con patos enteros dando vueltas y tostándose. Nosotros lo pedimos acompañado de una ensalada de papaya, cerdo y cacahuetes, pero normalmente ya trae guarnición de patatas, ensalada y arroz.

barbacoa de patos.
Barbacoa de patos.

Última actividad, algo menos conocida que las anteriores, es la visita al Parque Nacional de Cuc Phuong, a una hora y media desde nuestro alojamiento. Tardamos algo más, ya que nos perdimos (queriendo) entre arrozales y montañas. No teníamos prisa, si queríamos parar a tomar una foto lo hacíamos, si queríamos volar el dron, igual.

vista aérea con dron
Jugando con el dron en Cuc Phuong.

Cuando llegamos al Parque Nacional ( 2,5€ por persona la entrada) nos adentramos con nuestra moto 7 km y paramos para visitar una cueva. Después pusimos rumbo otros 14 km selva a través hasta llegar a un punto de senderismo. La ruta en moto fue espectacular y sin cruzarnos casi con nadie. Difícil olvidar esta ruta de película por una selva tan hermosa. El sendero era un camino circular de unos 7 km, estando situado a la mitad un árbol milenario.

El recorrido hasta ese punto fue precioso, selva muy espesa, palmerales de película, árboles altísimos… pero a partir de ese punto el camino se complicaba con muchas subidas y pocos sitios para parar. Lo bueno de este parque es lo poco turístico que es, apenas nos encontramos con gente haciendo el recorrido.

Junto al Parque, hay una reserva de monos y de tortugas. Vimos especies de monos que jamás habíamos imaginado que existieran. Monos cinco colores (se calcula que quedan unos 600 en libertad), de mono de pantalón blanco (se calcula que quedan 300 aprox.), monos negros, grises y gibones.

Todas estas especies se encuentran en la lista de especies en estado de extinción. Son autóctonas de Vietnam, Laos o China, y es muy complicado localizarlos en libertad debido a su escaso número y por encontrarse en zonas remotas. Nos explicaron que los furtivos los cazaban para realizar medicinas o para comer, por lo que en este centro de conservación, tras confiscarse a cazadores ilegales o comerciantes sin escrúpulos,  los metían cautivos una temporada, después pasaban a semi libertad, hasta volver devolverlos a la selva. Vimos varios biólogos de varias nacionalidades trabajando allí, por lo que nos dio confianza de que no se trataba de un lugar destinado al turismo y privar a los animales de libertad con este fin.

Y llegó el momento del plato fuerte de la ruta por Vietnam. Y es que, ¿quién no relaciona Vietnam con la Bahía de Ha-Long? Nosotros decidimos decantarnos por coger el famoso tour desde Cat Ba. ¿Y por qué coger el crucero para hacer la bahía de Halong desde este punto y no desde la propia bahía? Por el precio. Viajando desde este punto supone un ahorro de la mitad del importe.

Cat Ba es una isla a la que se accede en ferry desde la parte continental. Nosotros elegimos el pack de bus desde Tam Coc ,seguido de ferry hasta Cat Ba y en poco menos de 4 horas llegamos a nuestro destino por unos 10€ por persona. Además esta pequeña isla cuenta con turismo del país por lo que hemos visto la diferencia de precios en todos los sentidos.

Empezamos por el hotel que nos ha costado 5€ la noche con el desayuno incluido, el más barato y mejor relación calidad-precio de nuestra ruta por Vietnam. Thu Thuy Cruise es su nombre. Aquí mismo cogimos una moto para explorar los alrededores, tomar café con huevo y visitar el Canon Fort, un fuerte de la II Guerra Mundial utilizado por franceses y americanos. La entrada cuesta algo menos de un euro por persona y tiene vistas a la bahía.  En Cat Ba también hay un Parque Nacional con algunos senderos muy interesantes, pero nosotros no pudimos hacerlo ya que llegamos demasiado tarde y anochece pronto.

Para cenar tiramos de Tripadvisor y escogimos el primer en el ranking de la isla que quedaba justo a dos minutos desde el hotel. Su nombre Yummy Restaurant, muy barato y todo muy sabroso. De hecho, hemos repetido esa misma noche. También hay mercados donde se pueden conseguir cosas a menor precio que en Hanoi.

Es necesario pasar la noche en este pueblo ya que los cruceros por la bahía de Ha-Long salen muy temprano. Contratamos el tour con Catba Visión por 75 dólares por persona y creemos que no fallamos. Este incluía dos días de crucero por la bahía, una noche, snorkel (que no pudimos hacer por el mal tiempo), kayak y todas las comidas (bebidas se vendía en el barco pero se pagaban a parte).

Debido a que era temporada baja, y que con el COVID-19 el turismo chino era inexsistente, nuestro tour fue con otras 9 personas más (normalmente es para 30 pax). A media mañana hicimos una parada para hacer kayak durante dos horas. Fue agotador y a la vez espectacular. Ver las formaciones rocosas con vegetación y monos, impacta bastante cuando eres tan pequeñito dentro de una embarcación de ese tamaño. Sí, hay monos, los únicos del mundo que beben agua del mar para subsistir (no confundir con Monkey Island allí mismo, ya que los macacos que hay allí solo han sido introducido como atracción turística).

bahia de Halong
Bahía de Ha-Long.

Hemos acertado con la agencia del tour ya que la comida es muy abundante con una gran degustación de platos vietnamitas. Rollitos, pollo con verduras, tofu en salsa, calamares sabrosos, verduras varias, almejas, ostras, cacahuetes recién fritos, guiso de patatas y zanahorias, arroz y siempre acompañado con fruta de postre.

almuerzo en el crucero
Almuerzo en el crucero.

Por la tarde tuvimos más tiempo de navegación por la bahía, hasta parar en un poblado de pescadores. Nos resultaron muy curiosas las plataformas en medio del mar donde tiene redes con peces para alimentarlos durante años y poder venderlos a muy buen precio. Cada plataforma pertenece a una familia quienes también tienen un pez (normalmente meros) cautivo toda la vida (unos 15 años). Es impresionante ver el tamaño que alcanzan. En concreto el de la familia que visitamos, tenía 7 años y pesaba 150 kgs. El objetivo no es venderlo, si no venerarlo y creen que eso les traerá suerte para todos. De hecho, cuando muera lo incinerarán y llevarán sus cenizas a uno de los templos que hay por la bahía para rezarles. 

poblado de pescadores
Poblado de pescadores.

Tras toda la explicación, llegó el momento de hacer el check in en la casa flotante donde dormiríamos. Sólo habíamos contratado esta opción dos parejas por lo que estuvimos más tranquilos. Nos prepararon la cena muy temprano, sobre las 7 de la tarde, para cuando termináramos realizar una actividad (para nuestro gusto) de las más sorprendentes del viaje.

Cogimos el kayak de nuevo y con linternas puestas en la cabeza a modo de mineros, nos vimos en medio de un mar negro, con cielo oscuro donde a penas podíamos diferenciar las siluetas de las montañas del resto. Empezamos a remar siempre guiados por nuestro guía, a oscuras y en silencio y cuando llevábamos unos 10 minutos, comenzó el espectáculo… cada vez que metíamos el remo en el agua, empezábamos a brillar como si estuviéramos en la película de Avatar gracias al plancton luminiscente. Y cada vez más, de hecho hubo momento que metíamos la mano en el agua y nos brillaba al completo. Hemos visto en otras ocasiones el plancton luminiscente, como en Indonesia, Maldivas o Tailandia, pero ninguno como en esta ocasión ❤️.

Pasamos la noche en medio de la nada y fue genial despertar con vistas a la Bahía. Tras el desayuno, y con el mar algo movido pusimos rumbo a otro zona para hacer kayak de nuevo. En esta ocasión íbamos pasando a través de cuevas marinas a piscinas casi privadas. No se si ha sido por el mal tiempo o porque tuvimos suerte, pero siempre hemos visto fotos de esta zona llena de barcos. En cambio nosotros la tuvimos sin nadie, sólo escuchábamos remar y los pájaros. Otra cosa que nos impresiono en esta actividad fueron las medusas, ¡qué pedazo de medusa vimos!.

Kayak en la Bahía de Ha-Long.
Kayak en la Bahía de Ha-Long.

Una vez acabado el tour a las 12 del medio día, la misma agencia nos propuso un autobus para regresar a la capital.

Y fue sobre las 5 de la tarde cuando llegamos a Hanoi y tras hacer el check in en nuestro hotel (OYO 362 Lavander Hotel de 10€ la noche) fuimos dando un paseo hasta la zona antigua. ¿Recomendamos el Hotel? No, es barato pero se encuentra alejado de todo.

Y aquí es cuando os confesamos, que nuestros 7 días en Vietnam se nos pasaron volando, y que tenemos en mente volver más pronto que tarde (quizás recorrerlo en moto). Nos encanto el país, su comida, su gente y sus paisajes. Vietnam tiene mucho que dar. Nos queda pendiente la ruta del norte que teníamos pensada hacer, visitar la cueva más grande del mundo, dar un paseo por el Mekong, sorprendernos con sus ciudades, descubrir sus selvas y disfrutar de las maravillosas personas que tiene ese país. Vietnam, te queremos.

Arrozal en Tam Coc.
Arrozal en Tam Coc.

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